Te estare esperando en mi río o en la cumbre de la montaña. Mi querido amigo, nos conocimos circunstancialmente por este medio, hemos intercambiado horas de nuestras vidas, nos hemos aprendido a respetar nuestros gustos, siendo los tuyos tantas veces diferentes a los míos. Pero cuantas veces coincidimos?, cuantas?, y es allí en ese punto donde tu alma y la mía se encuentran, nos agrada compartir y en ese tiempo tambien escribir, tú me inspiras a mí y tal vez yo a tí, sin importar el lugar de encuentro. Me agrada la cumbre de la montaña, desde que descubrí que soy águila cuando escribo, mi nombre me lo dieron en un meditar o soñar como te agrade pensar, y tal vez tú no te distes cuenta pero me acompañastes a volar. Y que grato fue hacerlo sintiendo que me esperaban, donde se encuentran las almas, volvía llena de glorias, mi espiritú alegre, mi cara sonriente a cumplir lo cotidiano, haciendose así para mi todo liviano, fresco, perfumado. Por tantos buenos momentos compartidos en mis vuelos contigo, es que te digo que sigues a mi lado, no importa cuanto de nuestro tiempo estamos juntos, sino la calidad de nuestros encuentros, te agradesco cada uno de tus saludos, tus correos maravillosos, y te pido no te alejes, continua a mi lado, disculpame si no respondo oportunamente, es que gracias a tí, hoy somos muchos los que nos aferramos a este y otros vuelos, nos atrevimos a escribir, tal vez animados en tus letras. Y fue bueno, muy bueno ir corrigiendo nuestros errores en ellas, cuentame tu historía, que te seguire contando la mía y seguiremos escribiendo la nuestra. Te quiero mucho, mi alma te aprecia, te estare esperando en mi río o en la cumbre de la montaña, mejor el lugar lo eliges tú. El águila.
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