Cuando amanece en uno de mis nuevos días donde la sombra de un niño se refleja en el espejo del mar. “Con esa tibia claridad”, mi espejo que me dice que siento sin pensar en ese nuevo día. Ya no siento los golpes que me pueda dar ese destino donde se nubla la vista en un levante in revelante llenos de preguntas sin respuestas bajo el compás de un minutero .Quizás porque mire muchos otros amaneceres donde el espejo estada sucio o roto. Golpes que quise curar con limpia cristales y cercarlos con periódicos matutinos donde las letras impresas oscurecían aun mas esos días. Hoy seco mi espejo de mar con apaños de hulmidad, paños que no cuestan nada y secar con agua cristalina; Con folio en blanco. Siento que las voces, las miradas, las sonrisas de los niños. Recordando aquellos pasados años donde quedaron atrás, las calles mojadas por las lágrimas de aquella mujer. Libros empeñados en un monte de piedad. Sentimientos que afloran con risas entre un agridulce minuto que se vuelve hora. Diálogos y monólogos con mi almohada no bipolar pues es la única cabeza la que piensa en esa noche que termina reflejado en folio blanco y espejo claro. Detrás quedaron los días de vino y rosas politizadas. Quedo la experiencia pero no se llevo al niño de risa de manzana madura. Quedo un mundo que yo cree y yo mismo borre con la goma de la humildad de la sencillez de saber mirar con el alma y no con el hipotálamo. “No puedo cambiar el mundo exterior, pero puedo puedo hacer un mundo donde los sueños de paz me den la clara visión del transitar por esta vida. No se nada, solo se lo que soy .
j.Lopez De La Serna
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